Cómo pedir pololeo a una mujer

Esa pregunta que en algún momento nos dan ganas de hacer «¿Quieres pololear conmigo?». Suena tan fácil pero a veces se torna un poco difícil. Nos ponemos nerviosos, nos tiritan las manos, a veces nos sale sangre de nariz o no podemos frenar las ganas de ir al baño; no es gracioso.

Pero no desesperen, porque siempre hay formas en las que podemos resolver estos pequeños inconvenientes de inseguridad y nuestra propia naturaleza esquiva y arisca. Además que no solo somos nosotros, porque muchas veces ellas están un poco resilientes y no es fácil hacer que digan «Sí» de buenas a primeras. ¿Qué hacer?…

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